martes, 23 de marzo de 2010

Los protosevillistas del XIX: un capítulo olvidado en la historia del fútbol español

Entre finales de 1.889 y principios de 1.890, un grupo de británicos y de sevillanos con ascendencia extranjera formaron el “Sevilla Football Club”, el primer club de fútbol de España. El 8 de marzo de 1.890 se disputa el primer partido de fútbol-asociación en nuestro país, organizado por el club sevillano, en las instalaciones del Hipódromo de Tablada, en Sevilla. El rival fue el “Huelva Recreation Club”, entidad creada por los empleados de la compañía minera “The Riotinto Company Ltd.” En los años siguientes, ambas entidades protagonizaron una serie de encuentros amistosos, hasta que el club sevillano languidece por causas desconocidas.

[1]

La historia del Sevilla Fútbol Club se inicia al mismo tiempo que la del fútbol sevillano ... y la del fútbol español. La razón es bien sencilla: la primera noticia escrita sobre la práctica del fútbol-asociación en suelo hispano (e hispalense) es también la primera noticia pública de una entidad denominada “Sevilla Football Club”.

El periódico “La Provincia” de Huelva, en su edición del 28 de febrero de 1.890, recoge la transcripción literal de una carta remitida por el Secretario del “Sevilla Football Club” a su homólogo del “Huelva Recreation Club”, invitando a los socios de esta entidad a la disputa de una partida de fútbol, bajo las reglas de la Asociación (“under Association Rules”), en la capital sevillana.

Sevilla, 25 th February 1890
E.W. Palin Esqr.
Huelva
Dear Sir.
Your name has been handed to
us by Mr. Henderson as the Secretary
of the “Huelva Recreation Club”.
As probably you have heard we have
recently started a Football Club here,
and it has been proposed to ask the
members of your Club to visit Sevilla
and take part in a friendly match with
us under Association Rules.
If it would be convenient for you to
come on Saturday 8 th March, that date
would suit us.
We would propose that the match
commence about 5 p.m. so as to take
advantage of the cool of the evening
and that afterwards your team should
dine and spend the evening whit us.
Awaiting your reply,
I remain
Yours faithfully
Isaías White J.
Sevilla 25 de Febrero de 1890.
EW.Palin Esqr.
Huelva

Su traducción al español sería la siguiente:

Sevilla, 25 de febrero de 1890.
E.W. Palin Esqr.
Huelva,

Estimado señor.
Su nombre como Secretario del Club Recreativo de Huelva nos ha sido proporcionado por el Sr. Henderson.
Como probablemente usted sabe, hemos creado recientemente un Club de Fútbol aquí y se ha propuesto pedir a los miembros de su club visitar Sevilla y tomar parte en un partido de fútbol amistoso con nosotros bajo las reglas de la Federación.
Si fuera conveniente para ustedes el sábado 8 de marzo, esta fecha sería adecuada para nosotros.
Les propondríamos que el partido comience sobre las 5 p.m. con objeto de adelantarnos al frío de la noche y que posteriormente su equipo pueda cenar y pasar la noche con nosotros.
A la espera de su respuesta.
Quedo.
Suyo atentamente.
Isaías White J.”

Sabemos que el remitente es el Secretario del “Sevilla Football Club” porque la publicación de la carta en “La Provincia” viene precedida por un encabezamiento redactado por el Secretario del “Huelva Recreation Club”, E.W. Palin, que literalmente así lo recoge:

Huelva Recreation Club
----
The following letter has been recei-
ved from the Secretary of the Sevilla
Foot-ball Club.

Es decir:

“Huelva Recreation Club
La siguiente carta se ha recibido del Secretario del Sevilla Foot-ball Club.”

[2]

Por el mismo periódico “La Provincia” de Huelva podemos datar también la creación del “Huelva Recreation Club”.

Concretamente, en la edición del 20 de diciembre de 1.889, se alude a una reunión (“meeting”) celebrada el miércoles anterior, día 18 de diciembre, para la formación del club, con designación de una Junta Directiva provisional.

Posteriormente, en las páginas del ejemplar publicado el sábado 28 de diciembre de 1.889, encontramos una copia del acta de una asamblea celebrada el día 23 del mismo mes, en la que son elegidos definitivamente los miembros honoríficos y efectivos de su Junta Directiva.

En el primer extracto periodístico comentado se cita expresamente como objeto de la sociedad “hacer excursiones a los pueblos de la provincia, fomentar el Sport, dar veladas musicales, bailes, etc.” y en el segundo, se hace referencia literal a la práctica del “Lawn Tennis” y de “varios Sports Atléticos”, sin mayor especificación.

En ninguna de las reseñas citadas encontramos mención alguna al football como actividad propia del “Huelva Recreation Club”, mucho menos al fútbol-asociación, lo que no quita que los socios de la entidad onubense pudieran conocerlo y practicarlo. Falta, sin embargo, la evidencia escrita que lo confirme, que llegará con posterioridad a la publicación de la carta del Secretario del club sevillano. Efectivamente, la “Guía de Huelva y su Provincia” de Gómez Zarzuela, publicada en 1.891, pero referida a 1.890, es el primer texto que recoge el football como actividad desarrollada por el “Huelva Recreation Club”, haciéndose eco de los partidos disputados por la entidad onubense contra el Sevilla Football Club.

No existe por tanto prueba alguna que acredite la práctica del fútbol-asociación por el club recreativo antes de la invitación cursada por el Sevilla Football Club.

[3]

De unos veinte años atrás es la primera aparición de la palabra football en un medio de comunicación español.

Será el periódico jerezano “El Porvenir”, fechado el 1 de noviembre de 1.870, donde se recoja el siguiente párrafo:

Sabemos que hoy se jugará
una partida de Cricket, en el sitio
inmediato al hipódromo, cuyo es-
pectáculo comenzará a las doce en
punto de la mañana.

Por la tarde gozarán los aficio-
nados á porrazos
de un rato de
Football.

Debido a la antigüedad de la fuente periodística, el uso del término football a secas y la referencia a “los aficionados a porrazos”, cabe cuestionarse si el deporte practicado en Jerez de la Frontera a que se refiere “El Porvenir” era fútbol-asociación (el verdadero fútbol, tal y como hoy lo conocemos) o fútbol-rugby.

Hay que tener en cuenta que cuando se publica esa reseña sólo han transcurrido siete años desde la célebre reunión de la Freemasons’ Tavern de Londres, de la que surge la “Football Association” (Federación Inglesa de Fútbol) y la distinción oficial entre ambas modalidades deportivas, consagrada mediante la aprobación del primer código del juego, las “FA rules” (reglas de la Asociación), inspiradas casi exclusivamente en el reglamento de la Universidad de Cambridge. Este complejo origen del primitivo football va a propiciar una confusión entre ambas modalidades deportivas que será norma común hasta bien entrado el siglo XX, según podemos apreciar en diversas crónicas periodísticas.

Por otro lado, tanto el fútbol-asociación como el fútbol-rugby son percibidos por la sociedad española del momento como actividades violentas y peligrosas, por lo que la alusión a los “porrazos” tampoco resulta determinante para calificarlo como fútbol-rugby, y descartar que se tratase de fútbol-asociación.

Lo dicho respecto al football en Jerez de la Frontera puede extrapolarse a otras citas sobre juegos de pelota que quieren utilizarse para reivindicar el origen territorial del fútbol español, en zonas como Riotinto y otras localidades españolas. Podrá discutirse si estamos hablando de fútbol o de rugby, incluso de algún otro juego de pelota, pero en todos los casos falta, por el momento, la certeza de que se trate de fútbol strictu sensu, es decir, fútbol practicado bajo las reglas de la Federación inglesa.

[4]

Volviendo a la carta redactada por el Secretario del Club de Fútbol de Sevilla, hemos de detenernos un buen rato en la misma, debido a su gran valor histórico, y a la cantidad de datos relevantes que expresa e implícitamente nos proporciona.

El primero de ellos ya se ha comentado, y es la alusión a un desafío para celebrar un partido de fútbol “under Association rules”, esto es, bajo las reglas de la “Football Association” inglesa, lo que certifica que estamos hablando de fútbol en sentido propio, descartándose el rugby o juegos similares.

La carta de Isaias White J. es el primer documento relativo al fútbol-asociación en España, y tiene su origen en Sevilla.

Su autor es un directivo de la entidad antecesora (si no es la misma) del Sevilla Fútbol Club.

Y esto será así, con la contundencia que arrojan los datos escritos, hasta que se descubra otro documento más antiguo sobre el fútbol asociado en España.

Un segundo dato enormemente trascendente es la denominación de la entidad remitente, que coincide punto por punto con la denominación histórica del actual Sevilla Fútbol Club, SAD.

Como se ha dicho, es en este documento donde aparecen juntos por primera vez los vocablos “Sevilla”, “Football” y “Club”, que definen la procedencia de la institución, su objeto único o principal, y la naturaleza jurídica del ente asociativo elegido por sus integrantes para desarrollar sus actividades.

Se utiliza el nombre de la ciudad en español, “Sevilla” en lugar de en inglés “Seville”, lo que denota que estamos ante la razón social del club, enfatizando asimismo el carácter autóctono de la institución.

En Sevilla residían o tenían sus negocios la mayoría de sus componentes. Por ejemplo, el médico gibraltareño John Sidney Langdon, el comerciante de metales John Henderson, que aparece en la carta como la persona que habría facilitado el contacto entre Palin y White, el agente comercial Edwin Plews, como representante de Marshall, fabricante de maquinaria agrícola, o el escocés Mackandrew, miembro de la famosa naviera que aún hoy existe, y que exportaba naranjas amargas de la huerta sevillana hacia el Reino Unido.

Y de Sevilla eran naturales también algunos socios, pese a que sus apellidos pudieran hacer pensar otra cosa, empezando por el propio Secretario, Isaias White J., cuyo segundo apellido era Méndez, así como los hermanos Jorge y Carlos Welton Niño y probablemente Merry Ponce de León, este último descendiente de irlandeses.

Adicionalmente, la entidad se define como club de “Football”, dando preponderancia en su mismo nombre a la actividad que justifica su nacimiento, separándose de aquellas otras en las que priman diferentes disciplinas deportivas como el atletismo (“athletic club”), la gimnasia (“gymnastic clubs”), el remo (“rowing club”) o las carreras (“racing club”), el ciclismo (“cycling club”) o incluso el deporte en general (“sporting club”). El ejemplo más claro de ello es el vecino “Huelva Recreation Club”, cuya denominación recoge a la perfección el objetivo para el que inicialmente fue constituida, según hemos visto anteriormente, la diversión y esparcimiento de sus socios con excursiones, bailes, veladas y juegos atléticos.

En este sentido, no hay que olvidar que estamos en una época que acaba de estrenar el asociacionismo como derecho constitucional en España, donde hasta hacía muy poco tiempo estaba perseguido incluso penalmente, gracias al denominado Decreto Sagasta, y en la que, por ejemplo, para las compañías mercantiles estaba vedada la utilización de una denominación social de fantasía (desde el punto de vista técnico-jurídico, una denominación de fantasía es aquella que no responde al nombre de los socios –denominación subjetiva- ni a la enumeración de una o varias actividades económicas –denominación objetiva strictu sensu-), por lo que el nombre de una organización decía mucho de las actividades de sus miembros, de hecho, debía “decirlo todo”, por lo que venía a constituir algo así como el ADN de la entidad.

Por último, la denominación del equipo sevillano confirma igualmente que la entidad había adoptado la forma asociativa genuinamente británica de “Club”.

En ello se evidencia la procedencia inglesa del football –y de la mayoría de los deportes que empiezan a practicarse en esta época-, que justifica y condiciona múltiples aspectos, como la vestimenta o la terminología del juego, y el hecho de que los colectivos de aficionados interesados en su práctica se agrupen bajo el mismo formato societario que lo hacían los equipos ingleses.

El término inglés de “club”, con significado tan familiar para los británicos, era escasamente conocido en la Sevilla del último cuarto del siglo XIX. Los primeros clubes de “sport” de Sevilla empiezan a aparecer justamente en este momento, aunque vinculados a clases económicas pudientes y a prácticas deportivas como el automovilismo, ciclismo, carreras de caballos, remo, etc., según puede apreciarse en las Guías Gómez-Zarzuela (la oficiosa “Guía de Sevilla y su provincia”).

El concepto de “club” era atípico dentro del ordenamiento jurídico español, incardinable a duras penas en la recientísima Ley de Asociaciones de 1.887. Los clubes de “sport”, conforme a la tradición legal inglesa, eran sociedades sin ánimo de lucro (“non-profit corporation”), integradas por socios practicantes de los juegos organizados por la entidad. Estos socios adoptaban decisiones en asambleas, y confiaban el gobierno de la institución a una junta directiva, compuesta por lo general de un Presidente, un Secretario y diversos Vocales, además de otros posibles cargos honoríficos. Así sucedía con el “Huelva Recreation Club”, que tenía originariamente dos Presidentes efectivos, D. Carlos Adam y D. Pedro N. de Soto, y un Secretario, E.W. Palin, además de diversos Presidentes Honoríficos, fundamentalmente autoridades locales.

No conocemos hasta ahora más que el nombre del Secretario del club sevillano, Isaías White J., pero existiendo este cargo, es evidente que debía haber también un Presidente y que la constitución de este club debió producirse en forma esencialmente parecida a la de su vecino onubense, toda vez que los miembros de ambas instituciones procedían de una misma cultura y tenían un rango social semejante, por lo que habían de compartir un mismo entendimiento de lo que significaba crear un “club”.

Por consiguiente, quienes se enfrentaron al “Huelva Recreation Club” el 8 de marzo de 1.890 en la Dehesa de Tablada, y en los partidos que le siguieron, no eran una selección improvisada de ingleses residentes en Sevilla, como se había venido manteniendo tradicionalmente hasta ahora, sino un verdadero club de football, como cualquier otro de cualquier otra disciplina de los que empezaban a funcionar entonces.

Un tercer aspecto que también merece ser destacado tiene que ver con la debida ubicación histórica de la entidad, y es su fecha fundacional, sobre la que existe una mención expresa en la carta de White. Se dice concretamente “as probably you have heard we have recently started a Football Club here…”, es decir, “como probablemente usted ya sabe, hemos creado recientemente un Club de Fútbol aquí...”, lo que sitúa el momento de la formación del club en fechas cercanas a la de la carta, es decir, antes del 25 de febrero de 1.890, a principios de este año o finales de 1.889. Adicionalmente, se reconoce una cierta notoriedad a la existencia del club sevillano, por cuanto se asume que en Huelva ya se tenía conocimiento de ello (“as probably you have heard …”, “como probablemente usted ya ha oído …”).

En definitiva, y de acuerdo con los datos y evidencias hallados, parece indudable que el club sevillano “existió”, que no era meramente un grupo de ingleses afincados en la ciudad, sino un club como podía serlo cualquier otro de su tiempo. El Vice-cónsul inglés de Sevilla, Edward Johnson, tuvo un papel destacado en los primeros avatares de la sociedad, actuando como juez en los partidos disputados contra los onubenses y participando activamente en sus celebraciones. Esta circunstancia, unida a que los socios de la entidad eran reconocidos personajes de la ciudad, a que los encuentros celebrados en Sevilla se disputaron en un escenario muy relevante, como eran las instalaciones hípicas de la Sociedad de Carreras de Caballos de Sevilla, en la Dehesa de Tablada, con estrecha vinculación con la alta sociedad sevillana y sus autoridades, y al seguimiento realizado por diversos periódicos a aquellos eventos deportivos, descarta cualquier atisbo de informalidad, clandestinidad o ilicitud en aquel “Sevilla Football Club”.

Por lo tanto, es incuestionable la realidad histórica de este “Sevilla Foot-Ball Club” de 1.890. Y es incuestionable aunque no tengamos constancia de que la entidad completase los trámites de su constitución (ni de su disolución) con arreglo a la Ley de Asociaciones de 1.887. Pero ello no es de extrañar, habida cuenta, en primer lugar, que tampoco las demás sociedades que afirman haberse constituido contemporáneamente a este “Sevilla Football Club” pueden acreditar su inscripción en el Gobierno Civil y además, en segundo lugar, porque el incendio habido en la sede de esta institución en Sevilla en el año 1906 se llevó todos los archivos anteriores a esa fecha.

[5]

El reconocimiento del valor histórico de este “Sevilla Football Club” no puede demorarse más, so pena de ignorar los verdaderos orígenes del fútbol asociación en España. Corresponde al “Sevilla Football Club” de 1.890 un lugar preeminente en la Historia, un estatus, como mínimo, del mismo nivel que hoy se le reconoce al “Huelva Recreation Club”, con más justificación si cabe, al ser los sevillanos verdaderos iniciadores de la práctica de este deporte en nuestro país. Esta realidad no puede verse cercenada o marginada por intereses partidistas ni por circunstancias tenidas por ciertas desde antiguo, que hoy devienen claramente insostenibles. Si aquel “Sevilla Football Club” de 1890 y el actual Sevilla Fútbol Club tienen alguna ligazón jurídica, más allá de la meramente histórica, eso está por ver. El tiempo y el resultado de las investigaciones que siguen abiertas nos lo dirán. Pero si algo hemos de pedir, por dignidad y por respeto, es que no se castigue la memoria de aquellos ancestrales deportistas sevillanos –White, Welton, Maccoll, Mackandrew, … - por cuitas que no hacen honor a la herencia tan maravillosa que nos dejaron: gozar un deporte que nos apasiona como pocas cosas en la vida 120 años después.

Por Enrique Lavid

4 comentarios:

  1. Enorme artículo Enrique.

    Todo un merecido homenaje a nuestro ancestros que nos llena de orgullo.

    Imprescindible lectura.

    Gracias!

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  2. Después de esto, sólo cabe decir:

    ¡HIP, HIP, HURRA!

    Y para el autor del artículo pedir las dos orejas y el rabo.

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  3. Ayer en el programa olvide agradeceros la invitación al evento y sobre todo el magnífico y altruista trabajo que haceis, el cual engrandece a nuestro club y de cuyos frutos disfrutamos todos los sevillistas

    Seguid así guardianes!

    Muchas gracias por todo!

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  4. Tú eres uno más Alejandro. Todos juntos podemos. Es un placer descubrir las cosas que de verdad ocurrieron en nuestro SFC. Mejor conocer la verdad, sea ésta cual fuere, que vivir en la mentira.

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