sábado, 9 de mayo de 2009

La hora de los solistas


Cuando la orquesta no acaba de funcionar del todo, hay que encomendarse a los solistas para salvar el concierto.

Es lo que hay.

Desde luego es una forma lícita como otra cualquiera para alcanzar el éxito, quizá demasiado arriesgada, lo peor es que dice más bien poco de quien tiene la obligación de ajustar cada una de las piezas de las que dispone para lograr la mejor expresión de conjunto.

Ciertamente esta tarde-noche, como tantas otras esta temporada, faltaban unas cuantas de dichas piezas, pero no las fundamentales, los solistas de lujo, Kanouté, Navas, Luis Fabiano, a la postre, qué remedio, responsables directos de una nueva victoria, importantísima, basada, cincelada, en los moldes de su inspiración más que en la debida afinación del bloque.

La jornada pintaba traicionera, al menos para mí. No tenía buenas vibraciones en la previa del choque. El Sánchez-Pizjuan presiona lo suyo, lo sabemos, y este año además se han escapado muchísimos puntos de nuestra casa; el rival venía liberado de todo riesgo, y dirigido por un técnico que parece que nos tenga tomada la medida; los antecedentes de las últimas cuatro temporadas con los isleños no invitaban precisamente al optimismo; y los primeros veinticinco minutos del partido, con un gol en contra que te aparece de la nada y hasta tres palos de los nuestros, Escudé, Mosquera y Luis Fabiano, no hacían sino confirmar los peores presagios.

Afortunadamente, dos chispazos de O Fabuloso, plenos de oficio y calidad, permitieron los tantos de la remontada, con espacio para una obra maestra, otra más, de Frederik Kanouté, esta vez desde los once metros. Llegaron además los goles en momentos decisivos del choque, antes de que se iniciara la desesperación de jugadores y grada en ambas mitades del pleito (y antes también de que pudiera desencadenarse el casi inevitable show de Pérez Lasa).




La guinda del partido, la auténtica joya para el recuerdo, vino de la mano de Jesús Navas, continuamente percutiendo desde el costado derecho, para angustia de su par Ayoze, hasta que tras un infortunado ensayo, remató por fin "su" particular faena. Recorte excelso hacia dentro y zurdazo al techo de la red que sería deseable se repitiera en más ocasiones en un extremo de su categoría.

Queda aún camino por recorrer, no podemos descuidarnos un milimetro. El calendario tampoco nos lo está poniendo nada fácil, baste el ejemplo del Valencia hoy, que se ha beneficiado del pasotismo madridista y de la normalidad arbitral hacia éstos cuando nada se están jugando. Quizá los choques directos entre nuestros perseguidores puedan servirnos para consolidar la tercera plaza. Al margen del Barcelona-Villarreal de mañana, los valencianistas tienen que enfrentarse aún los amarillos y al Atlético de Madrid, y es de esperar que de toda esta trifulca podamos nosotros salir beneficiados.

Punto y aparte, para finalizar, la presencia en Nervión de Pep Martí, sus lágrimas, su emoción, su categoría, y la réplica calurosa y nostálgica de la afición de Nervión, a la altura del personaje que nos visitaba.

Para enmarcar.

2 comentarios:

  1. es lo que nos queda de aqui a final de curso,seguir solos y seguir ganando,asi que no me importa tampoco que los solistas salgan a escena cada partido,ahora a pamplona,el sitio de las grandes encerronas ¿toca otra mas este año? pues eso se dilapida con goles y cojones,alli este año ganaremos,estoy convencido de ello,lo importante en estos momentos es la unión de todo el sevillismo,porque prensa y esta maldita mafia del arbitraje y los comites,de eso nos podemos ir olvidando y tenemos que ganar para seguir dandoles en todos los morros un añito mas.

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  2. Hola amigo como estas?

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