domingo, 8 de febrero de 2009

La culpa la tiene Kolmogórov

Si esta noche hemos caído, no ha sido por demérito futbolístico ante nuestro rival, sino víctimas del cansancio físico y mental de un mes de enero demasiado exigente, con un calendario nefasto martirizado por las malditas retransmisiones televisivas, si has perdido tu capacidad de rotar. ¿Verdad que es así, Jesús Navas?, ¿Verdad que sí, Kanouté?, ¿Verdad Romaric?

Si esta noche hemos caído, no ha sido por desidia ni exceso de confianza ante el adversario, pese a que éste se ha demostrado timorato y vulgar (no se dejen engañar por las crónicas ventajistas de mañana, 70 minutos atrincherados atrás, sin pasar de mediocampo, y dos estirones en superioridad numérica y con ventaja en el marcador no son un bagaje ambicioso precisamente), sino porque el corazón y la raza de los nuestros requieren de una mínima puesta a punto para que aflore la calidad que marca la diferencia.

Si esta noche hemos caído, no ha sido por despreciar la pelota ni rehuir la iniciativa, tampoco por interrumpir el juego constantemente a base de malos modos. Aunque dos entradas al límite por nuestro bando (¿quién ha exagerado las caídas ahora, Chaparro?) han merecido mayor castigo que noventa minutos de brusquedades y destrucción. Una vez más, con González Vázquez, no acabamos un partido con once. Y van ...

Si esta noche hemos caído, ha sido por la excelsa vista del linier de preferencia. ¡Qué habilidad para ver a Romaric adelantado por milímetros, y qué seguridad para habilitar la jugada del primer gol enemigo! Que Dios le conserve la vista.

Si esta noche hemos caído, mañana nos levantamos. Somos grandes y este accidente no empequeñece nuestra historia. No hemos perdido el partido del siglo, aunque para muchos en nuestra ciudad, sobre todo para quienes tienen que vender la burra mediática de la equidistancia deportiva, así se pregone. Me preocupa la derrota no por ser contra quien ha sido, sino por ser la tercera de la segunda vuelta, donde aún no hemos sumado, y porque con ello se estrechan los cálculos de puntos (aproximadamente 38) necesarios para asegurarnos un puesto Champions. Hoy no quiero hacer autocrítica, no es el momento.

Si esta noche hemos caído, seguramente ha sido cosa de las matemáticas y de la teoría de la probabilidad que, ya se sabe, son infalibles. Ganar siempre es difícil incluso para los mejores.

Ya lo dijo Kolmogórov, Andrei para los amigos.

WIKIPEDIA.- Andréi Nikoláyevich Kolmogórov (Андре́й Никола́евич Колмого́ров) (
25 de abril de 1903 - 20 de octubre de 1987) fue un matemático ruso que hizo progresos importantes en los campos de la teoría de probabilidad y de la topología. En particular, desarrolló una base axiomática que supone el pilar básico de la teoría de las probabilidades a partir de la teoría de conjuntos. Trabajó al principio de su carrera en lógica constructivista y en la serie de Fourier. También trabajó en turbulencias y mecánica clásica. Asimismo, fue el fundador de la teoría de la complejidad algorítmica.

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