jueves, 17 de septiembre de 2009

El mejor centrocampista de España


Era el pequeño de una saga de hermanos futbolistas, los Choya, formada por Juan Antonio, Vicente y nuestro protagonista, Jesús, todos ellos educados en la carretera de Utrera.



Desde muy joven se veía que podría ser alguien importante en esto del fútbol.

De la quinta del gran Francisco López Alfaro, el propio ursaonense comentaba que era uno de sus compañeros predilectos en el campo, y que se entendía con él a la perfección, lo cual no era de extrañar, pues hablaban el mismo idioma de la exquisitez futbolística.

Con un físico impresionante, alto, con gran dominio del juego aéreo, y buen disparo desde media distancia, Choya III, como llegó incluso a conocérsele en sus inicios, podía jugar de central, de líbero, de centrocampista en cualquier lugar de la zona ancha, pero su puesto natural, el más acorde a sus cualidades, era el de medio centro.



A mi modo de ver, Jesús Choya fue un jugador tremendamente inteligente en el campo, y uno de los futbolistas con mejor primer toque de los que he conocido con la camiseta sevillista, posiblemente porque era consciente de que uno de sus principales defectos era una cierta lentitud de movimientos, debida a su espigado físico, que únicamente podía subsanarse mediante una rápida entrega del balón al compañero mejor situado.

Dominaba a la perfección el juego de paredes y apoyos constantes en corto, con gran movilidad de la pelota, por eso a mí siempre me recordaba al danés Molby, gran jugador con físico parecido al de Jesús, incluso peor (bastante más gordito) que hizo unas temporadas fantásticas en la Premier con el Liverpool, sin salirse de su particular “loseta” en el terreno de juego.

Debutaría Jesús con el primer equipo de la mano de Manolo Cardo, pero fue sin duda el escocés Jock Wallace quien más confianza puso en su juego, hasta el punto de calificarlo como “el mejor centrocampista de España”, etiqueta que le perjudicaría enormemente ante la prensa y la afición.



En este punto, hay que reconocer que una parte importante de la grada no comulgaba con su fútbol. Se le acusaba de ralentizar el juego en exceso y de ciertas imprecisiones en el pase. A mi modo de ver, no todos los compañeros comprendían a Jesús ni tenían cualidades para responder a su novedosa manera de jugar al fútbol, sólo los mejor dotados técnicamente eran capaces de acompañarlo. En cierto modo, era un adelantado a su tiempo, y quizás hubiera podido encajar mejor en otro Sevilla, como por ejemplo el actual.

Con todo, sería Javier Azcargorta el técnico con quien Jesús alcanzaría las mejores cotas de su juego, hasta el punto de ser llamado a la selección olímpica. Sobre todo, brillaría en la primera temporada con el técnico vasco, cuando éste optó por un sistema 1-5-3-2, con Fernando bajo palos, Rafa Paz/Josimar en banda derecha, De la Fuente/McMinn en banda izquierda, Serna, Salguero y Jiménez de centrales, Jesús de pivote, flanqueado, nada más y nada menos, que por Francisco y Bengoechea, y en punta Ramón y Cholo/Moisés.


De esta época, me quedo con un comentario del gran Pablo Bengoechea, quien afirmaba que Jesús Choya era tan importante para el Sevilla como el palo central de una carpa circense. Si se mostraba firme, todo el equipo se mantenía firme, pero si temblaba, todo el equipo se tambaleaba y podía venirse abajo.

La temporada siguiente sus apariciones fueron más esporádicas. Ya era el Sevilla aquel equipo post-recalificación, al que se incorporaron Diego, Mino, Zúñiga, Polster y posteriormente, Dassaev. Aún así, disputaría este año el partido por el que posiblemente sea más recordado, uno de eterna rivalidad en el Benito Villamarín, donde suplía al lesionado Francisco en el eje de la medular, y en el que el Sevilla bordó el fútbol, sobre todo en una primera media hora de ensueño, aplastando al rival por tres goles a uno, el primero de ellos, obra precisamente de nuestro héroe de hoy. Aquella tarde, algún que otro conocido verdiblanco que había asistido al encuentro, me confesaría su admiración por la gran categoría futbolística de Jesús Choya.

En febrero de 1990, tras un frustrado intento de traspaso al Real Mallorca por treinta millones de pesetas, Jesús iniciaría un camino infernal de lesiones en la rodilla derecha que acabarían por inutilizar a este extraordinario futbolista para la práctica del fútbol. No fue fácil, no debió serlo, la retirada, ni la desvinculación de Jesús Choya del Sevilla Fútbol Club, es lógico y natural, dadas las circunstancias, y la posición a defender por cada parte, en los juicios que inevitablemente se sucedieron.

Desconozco que ha sido de él, después de tantos años, no lo conozco personalmente como casi a ningún jugador de los nuestros (lo prefiero, para así no desmitificar a ninguno de estos héroes) pero aquí tiene, desde la modestia de este pequeño rincón en la red, un sincero homenaje de un admirador suyo, que aún guarda en el recuerdo los mejores detalles de su fútbol de seda.

6 comentarios:

  1. Creo recordar que participó con los veteranos del Sevilla FC hace muy poco tiempo.
    Lo último que supe es que tenía un depósito de la cruzcampo, junto a la misma fábrica de nervión .
    Saludos cordiales.

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  2. Gracias por pasarte por aquí, Bartolomé. Aprecio sinceramente tus comentarios. No estoy seguro, pero creo que el Choya que jugaba con los veteranos era el mayor, Juan Antonio. Jesús no creo que pueda ni que ponga en peligro su pensión por invalidez jugando al fútbol ni un ratito. Pero me interesaré por averiguarlo. A mí de veras me gustaba mucho su juego.

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  3. Es lo menos que podría hacer. Gracias.
    Efectivamente Jesús tiene la rodilla inutilizada.Pero aun así me suena que jugó un poco en algo benéfico con los veteranos.Pero no me tenga muy en cuenta puede que me equivoque.
    Los cinco hermanos ( Agustín y Fco Javier no jugaron profesionalmente al futbol) eran tipos ecepcionales, "mu guena gente" como diría un castizo. Se criaron muy cerca del estadio en la casa que aún mantiene la misma fachada que cuando pasábamos por allí camino del estadio.

    Un afectuoso saludo.

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  4. Aunque algo tarde, he ido repasando algunos post anteriores y me ha producido curiosidad este.

    Creo que ya te habré comentado que yo era uno de esos que no comulgaba con el juego de Jesús, aunque humildemente no creo que fuera por no entenderlo, sino porque apreciaba cierta desidia a la hora de defender. Me queda la imagen de López Ufarte pasando por su lado y no estirar minimamente la pierna para entorpecerlo. ¡Me desesperaba!

    Creo que ha estado trabajando en Adidas, porque alguna vez lo he visto por este edificio, ya sabes.

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  5. Por esa conversación que Vd. dice esperaba yo su comentario. No sé si lo de López Ufarte va por aquel partido en que debutó jugando de lateral derecho en casa contra la Real, y con Cardo en el banquillo, en el que ganamos por 3 a uno, con Moisés en figura. Hizo el de las Candelarias un golazo regateándose a dos contrarios, uno de ellos, Larrañaga, y batiendo a Elduayen. Yo creo que Jesús "explotó" con Azcargorta, pero la recalificación (con sus fichajes) y las lesiones le fueron sacando del equipo.
    Es un placer comentar estas historias con Vd. y sus siempre inteligentes puntos de vista.

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  6. Hola, estaba un poco aburrido y buscando informacion he dado con este post. Soy sobrino de Jesus e hijo de Juan Antonio, a mi tío lo podeís ver cualquier fin de semana en la cervecería casa Galvez, en la misma esquina que se criaron todos mis tios, alli podeis preguntar por el y saber de el, incluso vereis alguna fotillo suya puesta en la pared del bar...

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