lunes, 14 de septiembre de 2009

Un hallazgo en Lisboa


Ahora que vuelve la Copa de Europa al Ramón Sánchez-Pizjuán, quiero contaros una pequeña historia de hace cuatro años, que tiene mucho que ver con el Sevilla Fútbol Club y esta competición.

Fue en el verano de 2006. Aquel agosto pasé una semana de vacaciones con mi familia en Lisboa, calentando motores para la finalísima de la Supercopa de Europa que disputamos, y conquistamos, en Mónaco, pocos días después, aquel inolvidable viernes 25 de agosto, en que nos dimos nuestro primer baño de prestigio futbolístico de verdad, vapuleando al Barcelona ante los ojos atónitos de toda Europa.

Lisboa estaba atestada de turistas, mayoritariamente españoles, todo hay que decirlo, y allá que iba yo, orgulloso y feliz, luciendo mi polo rojo del Centenario, que me había acompañado ya en las exitosas jornadas de Gelsenkirchen y Eindhoven, con el escudo de nuestro Sevilla en el pecho, flanqueado por mi mujer y mi hija, disfrutando de cómo la gente –españoles y extranjeros- reconocía nuestros colores, tan frescas que estaban aún en las retinas las imágenes de nuestro triunfo uefo frente al “Boro”, apenas tres meses atrás.

Un día de domingo, pertrechado con mi mochila, y pateando esas interminables cuestas de los barrios altos lisboetas, tirando del carrito de mi hija pequeña, para más inri, me disponía a encontrar la famosa y pintoresca Cerveceria Trindade, que me había recomendado fervientemente mi gran amigo y, entonces aún compañero de trabajo, Pedro Monago, buen conocedor de la capital lusitana, y sevillista de pro donde los haya.

Doblando una esquina, apenas sin aliento, y soñando con la cerveza que me tomaría cuando llegásemos a nuestro objetivo, nos topamos con un mercadillo de libros y revistas en plena calle, al más puro estilo del “Jueves” sevillano, con mostradores improvisados sobre mesas plegables de campaña, mobiliario viejo e incluso mantas extendidas en el suelo.

Confieso no recordar el nombre de la calle, pero para quien tenga alguna duda, aquí está la prueba que corrobora este relato (la de la foto -camiseta blanca- es mi señora, y en el carrito, mi hija).



La curiosidad –y el gusto por los libros y las antigüedades- nos hizo detenernos en aquel sitio y ojear las mesas con el vetusto material que se mostraba a la venta. En uno de los puestos se apilaban lo que parecían ser revistas o periódicos deportivos de los años cincuenta y sesenta, con páginas sepias y algunas fotografías en color, que anunciaban tiempos felices del gran Benfica de Eusebio y Coluna y de su gran rival, el Sporting de Portugal.

De repente, al dar la vuelta a uno de esos periódicos, una fotografía coloreada llamó mi atención. Os prometo que fue un momento mágico, por inesperado y por la lejanía del lugar. La fotografía en sí no me resultaba familiar, porque para mí era inédita, no la había visto nunca antes en ninguna publicación, pero los jugadores eran inconfundibles para un fanático de la historia sevillista como yo, y la silueta simpar de nuestro escudo aún más.

Aquí tenéis el documento.



La revista se denomina Sport Ilustrado y data del 17 de septiembre de 1957.


Evidentemente, se trata de nuestro Sevilla Fútbol Club, rival en suerte en la Copa de Europa para el campeón portugués del momento, el Benfica lisboeta. La publicación se hacía eco del sorteo y anunciaba el enemigo al que tendría que enfrentarse el equipo local en la primera eliminatoria de la competición, en el lejano de septiembre de 1957.



En el interior figura una reseña de nuestro equipo, con párrafos extraordinarios como los siguientes:

"O futebol sevilhano já albergeu famosos "ases" do pais vizinho, como, per exemplo, J. Armet (Kinké), G Eizaguirre, Fede, Spencer, Campanal I, Alconero, Antúnez e tantos outros"

"Outra faceta simpática do Sevilha é que, tal como o Atletico de Bilbau, raras vezes tem utilizado jogadores estrangeiros e tem formado quase sempre os seus "ases" na "cantera" regional. A comprová-lo está o facto de a grande maioria dos seus jogadores serem andaluzes ou, como Campanal II, terem feito quase toda a sua carreira em clubes andaluzes"

Me hice también con el número siguiente, que daba cuenta de la derrota de los lisboetas en Nervión en el partido de ida, por tres goles a uno, señalando las esperanzas que mantenían de remontar.


Como sabemos, un empate a cero en el Estadio da Luz nos permitió pasar a los octavos de final. A ver si esta temporada superamos lo hecho hace tanto tiempo, y mejoramos nuestra particular plusmarca en la competición.

6 comentarios:

  1. "O futebol sevilhano já albergeu famosos "ases" do pais vizinho, como, per exemplo, J. Armet (Kinké), G Eizaguirre, Fede, Spencer, Campanal I, Alconero, Antúnez e tantos outros"

    La frase sola ya merece la pena enmarcarla.
    Más, más, queremos más.

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  2. Una vez más "sevilhano" y sevillista son la misma cosa. Como dicen los biris, Sevilla es rojiblanca.

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  3. Saludos.

    ¡Qué envidia, amigo!

    Reconozco abochornado y no sin tremenda vergüenza, que siendo como soy un viajero impenitente, nunca me planteé buscar tesoros como ése.

    Me acabas de sacar todos los colores porque he visitados ¿docenas? de mercadillos por medio mundo y nunca antes se me había encendido la luz.

    Esto hay que remediarlo.

    Antes de final de año haré dos viajes y te garantizo que voy a tratar de dejarte en pañales.

    Seguramente no lo consiga, pero no me rendiré.

    Gracias por hacerme ver lo zoquete que soy.

    Y gracias por traernos éstas joyas.

    Cuídate.

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  4. Estimado amigo, en esta ocasión no hubo nada de sagacidad y sí mucho de casualidad. Los hados sevillistas se afanaron en compensarnos por la rotura de nuestra cámara fotográfica analógica en nuestro primer día en Lisboa. Nos quedamos con una rudimentaria camarita digital para todo el viaje, con grave disgusto mío y de mi mujer. En cualquier caso, mereció la pena y volvimos felices.
    Espero que tengas la misma suerte que nosotros y, si te vuelves con algún fetiche extra, mejor que mejor. Ya estoy sufriendo por el tiempo en que no podremos leerte mientras anadas por otros lares.

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  5. Gracias, otra vez, por abrir el Cofre del Tesoro y compartirlo con nosotros.

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  6. Contado así parece magia, gracias por deleitarnos con tan agradable relato.

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