viernes, 25 de febrero de 2011

The Field (Al football en vapor)

Por Guardianes de la Memoria

El pasado 14 de septiembre, los Guardianes de la Memoria que tenemos blogs publicamos un artículo conjuntamente (La Palangana Mecánica, Voladizo de Gol Sur, Ayer y Hoy Sevillista, Sevillista Soy, Puerta15 y Algarivo), en el que mostrábamos el fantástico descubrimiento de Cornelio (significado Guardián) sobre lo que se podía leer en la prensa de Nueva Zelanda en 1891.

Hoy, 25 de febrero, se cumplen ciento veintiún años de aquella carta que marca la fundación del Sevilla Football Club.

Como no podía ser de otra forma, les traemos un regalo, por gentileza de Mr. White.

La noticia del The Otago Witness hablaba de “football in spain”, de fútbol en Sevilla más concretamente. El corresponsal aludía a un artículo publicado en “The Field, The Farm, The Garden, The Country Gentleman’s Newspaper”.

Supimos entonces que el Sevilla F.C. de 1890 había tenido un Presidente (el vicecónsul inglés Mr. Eduardo Johnston), un Secretario (Mr. Isaías White, sevillano, socio de la Portilla & White) y que el deporte del foot-ball se jugaba en Sevilla desde hacía años, “desde hace tiempo” pudimos leer .

Pero como buenos investigadores que somos, quisimos acudir a la fuente original porque las segundas versiones, generalmente, suelen perder contenido en el camino, deformarlo o, sencillamente, cambiarlo. Nosotros, como la mujer de César, no solo debemos parecer investigadores: tenemos que serlo.

Aquel artículo del The Otago nos pareció incompleto y sospechábamos que el primitivo debería contener más información. Es una deducción comprensible en prensa donde, como sabemos, la maquetación y la composición están sujetas a los espacios: las noticias deben procurar el mayor contenido posible ocupando la menor extensión.

Aparecido el 10 de enero de 1891 (ejemplar número 1985), se trata de un magazine londinense de John Crockford que salía los sábados entre, al menos, 1857 y 1933. Llegó a publicar cartas de Charles Darwin.

Dedicada a la vida al aire libre (de ahí su nombre: “El Campo, la granja, el jardín, periódico para los caballeros del país”), recogía todo lo que pudiera interesar a esos caballeros con tiempo para disfrutar de la naturaleza y ocupaba gran espacio en informar sobre los deportes. Abarcaba materias tales que caza, pesca, boxeo, rugby, remo, cricket, vela, arco, tiro, football…


Pues tras muchos meses de búsqueda incesante, hemos dado con el documento original (gracias Juan):



Traducido (y hemos puesto especial hincapié en lograr ser lo más exactos posibles), diría:

Fútbol en España

Un corresponsal nos envía lo siguiente:

“Se dice que allá donde se asientan ingleses, nunca se quedan contentos hasta que no han introducido sus costumbres y juegos nacionales; y los ingleses de Sevilla no son ninguna excepción. El fútbol ha formado parte durante años de las fiestas de Navidad en Sevilla, y el club está floreciendo bajo la presidencia del genial Vicecónsul Sr E. F. Johnston. El sábado 27 de Diciembre se celebró el partido con Huelva, convertido ya en un evento anual, en el hipódromo, donde se ha obtenido un excelente sitio gracias a la amabilidad de las autoridades. Casi todos los residentes ingleses estaban presentes junto a un buen número de españoles con muchas ganas de ser iniciados en los misterios del fútbol que, como describen los periódicos locales, se juega sin palos o cestas de protección. Los congregados no pueden quejarse del espectáculo ofrecido, pues asistieron a un partido rápido que terminó en empate, sin que ninguno de los bandos consiguiera marcar; por supuesto, las únicas críticas adversas fueron las de las damas españolas, haciendo referencia a las piernas y la actitud de los jugadores y no a su juego. Los zagueros de ambos equipos jugaron bien y sólo su excelente defensa permitió al equipo de Huelva escapar del desastre, mientras que los delanteros Welton y White para Sevilla y Birchall para Huelva estuvieron bastante discretos. Merece la pena mencionar al señor Geddes, de Sevilla, porque fue peligroso para amigos y enemigos al tiempo. El Vicecónsul realizó las labores arbitrales a la entera satisfacción de ambas partes. Tras el partido los dos equipos y sus amigos comieron juntos en el Hotel de París, bajo la presidencia del Vicecónsul. Se bebió con entusiasmo a la salud de su Majestad con honores musicales y todos disfrutaron de una tarde estupenda. El señor White contribuyó al éxito de la reunión de varias formas, y su amabilidad al llevar a los equipos en vapor al campo de juego se merece el mayor de los agradecimientos. El señor Palin, presidente del club de Huelva, anunció que se había concertado un partido entre un equipo español y uno inglés.

Sevilla: E. Plews (portero), H. MacColl (capitán), G.T. Charlesworth (defensas), D. Thomson, H. Stroneger, W. Logan (medios), H. Welton, J. White, J. Poppy, P. Merry y T. Geddes (delanteros).

Huelva: E. Wakelin (portero), Thomson, Jones (defensas), Norman, Oliver, Hodge (medios), Hopper, Mundell, Birchall (capitán), García y Birchall (delanteros).

Jueces de línea: Dr. Langdon (Sevilla), Sr. Bower (Huelva)

Árbitro: Sr. E. J. Johnston (Sevilla)."

Nos amplía la información de manera sorprendente y nos proporciona datos desconocidos hasta ahora. Podemos, por ejemplo, saber con exactitud las alineaciones y observamos a tres sevillanos del lado de los nuestros (White, Welton y Merry) y en la parte onubense, ¿Oliver? y García.

Geddes, como ya sabíamos, resultó ser peligroso como amigo y como enemigo.

Las damas parece que no pudieron contenerse ante el muestrario de jóvenes en paños menores, espectáculo, sin duda, poco o nada habitual.

El escenario podemos verlo en la foto que sigue. El Hipódromo ocupaba lo que luego sería la Base Aérea de Tablada y el rio pasaba justamente por los terrenos donde hoy se ubica la Feria de Abril.


Recordemos que había un embarcadero junto al Hipódromo y de ahí el gesto destacado del D. Isaías trasportando a los contendientes: “El señor White contribuyó al éxito de la reunión de varias formas, y su amabilidad al llevar a los equipos en vapor al campo de juego se merece el mayor de los agradecimientos.”


Y para finalizar, espléndida comida en el Hotel de París con brindis, cantos y gran camaradería, como corresponde a los verdaderos y genuinos sportsmen.



Pero sobre todo hay que resaltar la frase “convertido ya en un evento anual”, lo que nos provoca no pocas preguntas:

¿Evento anual?

¿Desde cuántos años?

¿Cuándo fue el primero?

¿Se llegó a jugar el anunciado match del Sr. Palin entre las formaciones inglesa y española?

Son nuevas piezas que se van sumando en la construcción del puzle y que nos acercan, sin remedio, a la solución final del pasado de nuestro Club.

Porque el tiempo y los medios juegan a nuestro favor.



Guadalquivir, rio de mi Sevilla.

Dedicado a D. Agustín Rodríguez, sevillista, habitante reciente del tercer anillo y conocedor ya de TODA la Historia.

jueves, 3 de febrero de 2011

Miscelánea de neuras del día después


Al margen de los fichajes y la recién fenecida eliminatoria de Copa con el Real Madrid, desarrollada y culminada conforme al guión habitual (oficial) para estos casos, la actualidad deportiva sevillista ha estado marcada en los últimos días por las declaraciones del Presidente, José María del Nido, en torno a la posibilidad (quizás más bien, su deseo) de que Joaquín Caparrós retornase al banquillo del primer equipo blanco, en un futuro no muy lejano.

Respecto a la oportunidad de tales declaraciones, hay opiniones para todos los gustos dentro de la familia blanquirroja, desde quienes lo consideran una llamada de atención al actual técnico nervionense, Gregorio Manzano, a los que lo consideran, simplemente, una respuesta sincera (y nada nueva, por cierto) a una pregunta lógica del entrevistador, teniendo en cuenta que se trataba de una información confeccionada para el diario El Correo Vasco.

Personalmente, estoy más cerca de lo último, más que nada porque Manzano tiene contrato hasta final de temporada, pero sin compromiso alguno de renovación, ni siquiera por objetivos. Siendo realistas, la Champions está inalcanzable igual que resultaría increíble no clasificar para la UEFA Europa League (a la que supongo que, después de lo de ayer, se sumará el séptimo clasificado), por lo que, salvo milagro o desastre de los que hacen época, jugaremos la segunda competición europea el próximo año, con tiempo por delante para planificar la titularidad del banquillo y los necesarios ajustes (recortes) de plantilla.

Al hilo de todo esto, comentaba con unos amigos la sensación íntima de que, tanto las semifinales copera con el equipo madridista, tal y como se han desarrollado, como la idea de un Sevilla nuevamente comandado en lo deportivo por Joaquín Caparrós, me han recordado los inicios de la etapa presidencial de Del Nido, cuando nuestro Sevilla era aún ese Sevilla que no había ganado todo lo que vino después. Ese Sevilla que muchos pensábamos sería para siempre, seguiría siendo, especialista en morder el polvo en el momento y en las instancias más inoportunas.

Dicen que la historia se repite, y como si se tratase de un argumento circular, parece que nos obstinamos en confirmar ese viejo aserto, volviendo a ser masacrados a las puertas de la gloria por el poderoso club de Florentino, sin haber puesto, eso sí, de nuestra parte, toda la carne en el asador, porque el equipo no ha estado a la altura, en mi humilde opinión, y encaja mucho peor que antes cualquier puñetazo en la boca del estómago, en forma de arbitraje ruin o demencial ataque mediático. Tampoco hicimos todo lo que pudimos en aquella semifinal de 2004, sobre todo en la ida del Bernabéu, que finalizó precisamente con el mismo deprimente resultado que anoche embargó al sevillismo.

Aún así, la ejecutoria copera del todavía vigente campeón ha sido excelente, habiendo alcanzado las más altas cotas que el entramado mediático-futbolístico español está dispuesto a ceder: las migajas. El duopolio ya tiene su final teledirigida, sin duda alguna, un eficaz narcótico en manos de las televisiones, radios, y demás prensa amarilla al servicio del rodillo madridista, para paliar el desastre de una cuesta de enero histórica, que ha visto la liga finiquitada por vía sumarísima a manos (corrijo, manita) de Messi y su cuadrilla, un monstruo creado, no lo olvidemos, gracias a la soberbia de su propia víctima.

Así pues, nos espera una cuaresma en la que, salvo que cambien mucho las cosas en el torneo de la regularidad, asistiremos al enaltecimiento sin límites del “clásico” (gracias Valdano), nunca antes ni después más importante que ahora. Y eso es dinero, ingentes cantidades de dinero, sucio dinero, eso sí, para los medios, para sus patrocinadores, para la Federación que vela por los intereses ecuánimes de todos sus afiliados, para el duopolio. ¿A quién le importa lo demás? No estuvimos a la altura, sí, ya lo he comentado con anterioridad, pero ¿alguien piensa seriamente que si lo hubiésemos estado, nos habrían dejado participar en la final?