



“La final del Campeonato de España en el Estadio de Montjuich”.
La Federación Española de Fútbol, en aquel momento, consideró al campeón como campeón de España. Esto trajo consigo la reclamación del Madrid, a lo que la Federación contestó reafirmándose en que el Sevilla era el campeón de España:
“El Sevilla es el único Campeón de España.
Así lo dictamina la Federación Nacional
El presidente del Sevilla F.C. ha recibido una carta de la Federación Nacional. en la que se declara que no hay más campeón de España que el Sevilla F. C. Con esto se ha puesto fin al pleito al título de campeón. El Sevilla obtuvo en el Estadio de Montjuich la Copa del Generalísimo y en determinados medios se creía que por no haber tomado parte en la competición algunos equipos, aquella perdía su carácter nacional y , por lo tanto, el campeón de España seguía siendo el Madrid. Pero la Federación Nacional ha manifestado que de en adelante la antigua Copa de España se llamará Copa del Generalísimo: he aquí porque el campeón de España es hoy el Sevilla F. C.” 3 de enero de 1940, “El Mundo Deportivo” (Barcelona).
Observemos en este recorte que se sigue sin usar la expresión “Campeonato de España”, sino “Copa de España”.
Como acabamos de ver en el caso de la Copa de 1937, la Federación tiene potestad para reconocer, a posteriori, un Campeonato de España.
¿Qué órgano de la Federación tomó tal decisión? ¿La Asamblea?
Antes de entrar en otros detalles, veamos un recorte del 25 de mayo de 1939, publicado en ABC, unas declaraciones del Teniente Coronel D. Julio Troncoso, presidente de la Federación Española de Fútbol:
”Concretando: las Federaciones han dejado de existir como entidades numerosas que necesitaban asambleas, congresillos y elecciones enojosas. (...) las Federaciones tendrán unas gestoras compuestas por dos o tres señores que encauzarán el fútbol, con arreglo a las precisas instrucciones que la Nacional les dicte: los clubs tendrán unas directivas poco numerosas, que se atendrán a las normas señaladas desde arriba.”
Esto fue acompañado del oportuno Decreto (de 25 de enero de 1941, sobre el sistema cautelar y represivo del derecho de asociación) y normativa que prohibía cualquier tipo de asamblea y la recogida en actas de los acuerdos de los clubs y restos de asociaciones. Esta prohibición de celebrar asambleas estuvo vigente hasta 1948.
No era posible que la Asamblea resolviera porque no existía la Asamblea como máximo órgano decisoria de la Federación Española de Fútbol.
Por tanto el órgano que tomó la decisión de considerar como “Campeón de España” al vencedor de 1939 era el máximo órgano competente de la FEF.
Al no estar constituida la Asamblea de la FEF, este órgano no pudo acordar que a partir de 1940 los siguientes fueran considerados campeonatos de España. El mismo órgano que habilitó como Campeón de España al Sevilla F.C. es el que habilita a sus sucesores.
Si la condición para ser considerado campeón de España es que debe de ser aprobado en Asamblea, tampoco lo cumplen los que vienen detrás, ya que el acuerdo que eleva a la categoría de Campeonato de España a la Copa del Generalísimo no proviene de ninguna Asamblea.
¿Se convocó para la totalidad del territorio?
Bernardo Salazar en el diario “As”, el 26 de junio de 2007, (en adelante, “B. Salazar”) firmaba un artículo sobre el tema que estamos tratando. De él entresacamos:
“En este torneo deberían participar los campeones y subcampeones de los torneos regionales que se celebrasen en la llamada zona nacional. Los hubo en Galicia, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra, Aragón y Andalucía. Además se invitó al Ceuta Sport para premiar el deporte donde se inició el Movimiento.” (B. Salazar)
“Antes de acabar la Guerra 1936-39, en la zona dominada por Franco, se celebraron los correspondientes Campeonatos Regionales clasificatorios para el Torneo Nacional de Fútbol, que no Campeonato de España.” (F. Martalay, B. Salazar)
En el libro “Historia y Estadística del Fútbol Español. 2ª Parte”, obra de Vicente Martínez Calatrava (en adelante “V. Martínez”) podemos leer el acuerdo del Comité de la FIFA, celebrado en París durante los días 6 y 7 de noviembre de 1937, que aprobó lo siguiente:
"Después de haber oído a la Federación Española creada en San Sebastián, el comité ejecutivo, teniendo en cuenta la situación actual, que no permite a una federación única reglamentariamente, el fútbol en todo el territorio español, ha decidido a título provisional, que las asociaciones afiliadas a la FIFA, puedan contender con equipos de las dos federaciones existentes en España y también entre selecciones de ambas federaciones, sin que esto último tenga carácter de partidos internacionales." (V. Martínez)
Con esta resolución, a “título provisional”, la FIFA está reconociendo la personalidad jurídica de la FEF española de fútbol que organizó el Torneo de 1939. Textualmente dice: “las dos federaciones existentes en España”.
Está considerando que, provisionalmente, el territorio va a quedar afectado, y precisamente por eso, acepta la duplicidad de federaciones dentro un territorio que, antes que comenzar la guerra coincidía con los límites geográficos de la República Española. Tanto la FIFA, la UEFA, como la IFFHS, son independientes y no permiten “influencias políticas, militares, religiosas, étnicas o nacionales.”
La FIFA, por tanto, en 1937 acepta, provisionalmente, que el territorio de la federación que nos ocupa coincida con el ha sido conocido como “zona nacional”.
Al ser un caso excepcional no se puede legislar previamente sobre ello, así que tomaremos ejemplos, con circunstancias lo más parecidas posibles y veremos como se han resuelto.
España. Las Cortes Generales instaron a la RFEF que se le otorgara el Campeonato de España de 1937 al Levante FC. El propio Congreso de los Diputados reconoció que la competencia exclusiva para ello era de la Federación. Entre los argumentos expresados por el CIHEFE en su informe cita los criterios de la IFFHS para lo oficialidad de una competición.
Entre ellos encontramos uno que nos puede servir como ejemplo:
“Una federación nacional puede organizar un número ilimitado de competiciones oficiales aunque, con la finalidad de establecer la debida correspondencia entre las muy diversas competiciones que organizan las diferentes federaciones afiliadas a la FIFA, se reconoce un único campeonato de liga por temporada y federación y un único campeonato de copa por temporada y federación.” (CIHEFE)
Se reconoce un único campeonato de liga y copa por federación. Ya hemos aclarado antes que la FIFA había reconocido a dos Federaciones en España. La federación organizadora del Torneo del 39 fue aceptada considerando las limitaciones de su territorio.
Volviendo a la Copa del 37, seguimos con el informe del CIHEFE:
“En la fecha en que se disputó este torneo, durante los meses de junio y julio de 1937, la Federación Española de Fútbol estaba afiliada a la FIFA en activo y tenía plenos poderes para decidir las cuestiones internas del fútbol español como organización legítimamente reconocida por el gobierno de la República Española”.
Continua el informe exponiendo que dicha Federación envía una circular comunicando que suspende todas las competiciones oficiales. Posteriormente, ni mediante circular, ni mediante asamblea, se revocó la orden anterior.
La denegación está basada en que no puede considerarse oficial por no estar organizada por la Federación.
Croacia. Cuando comienza la temporada 1991/1992 el estado se encuentra en guerra, es más, al terminar esa temporada Yugoslavia es excluida del Campeonato de Europa de Selecciones Nacionales.
En la página oficial de la federación croata se recoge el palmarés de los distintos equipos croatas, incluida la temporada 1991/92 comenzada antes del final de la guerra, sirva de ejemplo que figura como Campeón de Liga 1991/92 el Hajduk Split.
La guerra no finalizó en Croacia hasta 1992, por tanto habría territorios en zona serbia hasta el final de la guerra. Cuando la República de Croacia se independizó de nuevo se convirtió en miembro de la FIFA, el 3 de julio de 1992. Como miembro temporal de la organización del fútbol europeo, la UEFA, la HNS es recibida el 25 de Julio de 1992, y se convirtió en miembro de pleno derecho el 17 de junio de 1993. La Liga, al igual que la copa, de Croacia, de 1991/92 fue convocada con parte del territorio en guerra. Además, todavía no estaba oficialmente reconocida por la FIFA. ¿Es válida esta liga del Hadjduk Split?
Alemania. Un federación se divide en dos por motivo de una guerra. Ocupa dos territorios, que coinciden con los nuevos estados. Posteriormente se unifican. Hay un periodo de bastantes años en que cada territorio disputa sus propias competiciones organizadas por su federación, al reunificarse, ¿desparecen del palmarés los títulos de alguna federación? Alemania Federal y Alemania Democrática serían los referentes, internacionales, con mayor similitud. ¿Qué hubiese ocurrido si las Federaciones nacionales españolas hubiesen organizado torneos durante varios años? Estarían en una situación equiparable a la alemana.
Reino Unido. En este estado la relación, hablando de fútbol, federación-estado se complica. Existen cuatro federaciones en el mismo estado, con cuatro ligas y copas, y sus respectivos campeones. Si queremos embarullar más la situación, durante un periodo aproximado de setenta años, la liga galesa estaba englobada dentro de la liga inglesa, por lo que Gales e Inglaterra, dos federaciones, daban un solo campeón. A partir de 1992 se independizó la liga galesa recuperándose los cuatro campeones dentro de un mismo estado.
Europa. Campeonato de Europa de Selecciones de 1992. Croacia es excluido por encontrarse en guerra. ¿Se considera que no es completo el territorio de la UEFA al dejar fuera una parte de éste?
En el mismo campeonato, la Unión Soviética ya se había clasificado antes de la desintegración del país, pero se les permitió competir bajo la bandera de la CEI, la Comunidad de Estados Independientes, la cual no era una federación afiliada a la UEFA, ni se correspondía con el territorio de un estado.
La FIFA había reconocido, excepcional y provisionalmente, dos federaciones dentro del territorio del Estado español. Por tanto, las competiciones que cada una de ellas hubiera organizado y que afectasen implícitamente a la totalidad de su territorio, hay que considerarlas como oficiales y sin ninguna restricción por razón de demarcación, ya que ha sido la propia FIFA la que ha autorizado las delimitaciones de la federación.
Una nueva copa y su grabación.
“solicitando al Generalísimo un trofeo para el vencedor (...) de hecho la Copa del Generalísimo fue entregada en propiedad al ganador.” (B. Salazar)
“-aunque posteriormente fue añadida una grabación de dudoso origen sobre el propio trofeo-“ (J. del Olmo)
“Curiosamente sobre la copa donada por el Generalísimo Franco para dicha competición se ha grabado años después la inscripción Campeonato de España, aunque en el tiempo que se celebró y otorgó no tuvo tal denominación.” (F. Martialay, B. Salazar)
Se podría hablar mucho sobre la historia del objeto copa, pero ello no es ningún motivo que refuerce ni debilite los argumentos sobre la calificación del campeonato porque, como se publicó, en esta revista:
“Conocida como “Copa de España” esta competición en realidad pone en juego dos méritos: el Campeonato de España por un lado y la Copa por otro. El Campeonato de España es el título oficial con el que se empezó a disputar la competición desde 1903 y que ha mantenido a lo largo de todas sus ediciones. Es un honor que ostenta el club vencedor durante un año. En la final también se disputa el trofeo, aunque con la opción de alcanzarlo en propiedad si se vence tres veces consecutivas o cinco alternas.” (CIHEFE)
En este párrafo se deslinda perfectamente el trofeo, la copa física, del mérito “Campeonato de España”. Para el asunto de la homologación del Torneo, poca significación tiene el asunto de la copa, trofeo, o su grabación.
Las fichas y los equipos
“También es cierto que participan equipos federados y no federados y las fichas de los jugadores transitan excepcionalmente entre los equipos sin haber sido dadas de alta en la propia FEF.” (J. del Olmo)
El hecho de su participación es una aceptación implícita de la Federación. Aunque un equipo no hubiera tramitado su alta federativa, algún tipo de solicitud tendría que hacer para participar en el Campeonato. Las Federación es la que tiene la potestad de autorizar los partidos y organizar la competición.
Admitir a un equipo y a sus jugadores para tomar parte en los encuentros está validando tácitamente su participación. La Federación es competente para dictar normas, tanto ordinarias, como extraordinarias, del Reglamento de la competición.
De hecho, en la propia normativa figuraba un modelo de cesión de jugadores, distinto al que usamos hoy, pero cesión al fin y al cabo:
“para participar a los jugadores se les concedió una ficha o autorización especial en los campeonatos regionales, formando parte de los equipos afectos donde prestaban sus servicios militares, pero quedando sujetos al club de pertenencia –o sea al que pertenecían al principio de la guerra- una vez terminada la competición nacional.” (V. Martínez)
El hecho de que hubiera equipos invitados no desvirtúa la competición, es más, es un hecho habitual en las competiciones de selecciones que la confederación que organice invite al anfitrión.
¿Se puede homologar el Torneo Nacional de Fútbol de 1939?
Centremos el motivo principal que lleva a la revisión de este torneo, así como del resto de los jugados en España:
“La FIFA ha solicitado de la IFFHS que establezca un baremo para jerarquizar la importancia de cada campeonato dentro del contexto nacional que sea homologable en el plano internacional. En otras palabras: establecer una correspondencia de equivalencia entre los títulos de un país y de otro.” (J. del Olmo)
A su vez, la IFFHS, ha trasladado a diferentes organismos la solicitud de los correspondientes informes para llevar a cabo esta tarea.
Tenemos que el Torneo Nacional de Fútbol fue la única competición oficial organizada por la Federación Española de Fútbol, y cumple los requisitos exigidos por la IFFHS.
¿Se podría considerar al campeón de ese torneo el campeón absoluto de España? ¿En el baremo fijado por la IFFHS para jerarquizar los campeonatos se fija que debe figurar textualmente la palabra “liga”?
Consideremos los criterios que se han tenido en cuenta en España:
“Lo que sucede es que entre 1910 y 1928 al no haber propiamente un campeonato de Liga, los campeones de Copa asumen el reconocimiento de campeones nacionales, equiparables a los campeones de cualquier otro país y, por lo tanto, son campeones absolutos.” (J. del Olmo)
“A partir de 1914, ya bajo la dirección de la RFEF, la competición se estructuró más sólidamente. Los campeones regionales, es decir, los ganadores de las ligas locales, pasaban a disputar el Campeonato de España y de entre ellos salía el campeón absoluto.” (J. del Olmo).
Este sistema fue el utilizado por la RFEF durante 15 temporadas. Este formato de competición es el mismo que el del Torneo que se disputó en 1939.
“Este mismo sistema, campeonatos regionales previos y fase nacional después, sirvió para señalar al campeón nacional absoluto de Alemania o Italia hasta que se creó la liga unificada en cada país, por poner ejemplos. No hay ninguna diferencia organizativa en la concepción de estos campeonatos. De ahí que desde un punto de vista internacional sean equivalentes u homologables en rango.” (J. del Olmo).
En 1939, tenemos un único Torneo oficial organizado por la Federación Española de Fútbol, si nos atenemos al criterio que se fija para las competiciones celebradas entre 1910 y 1928, que no son convocados bajo la denominación de Campeonatos de Liga, los vencedores son considerados como campeones absolutos, ese mismo tratamiento, independientemente del nombre con el que se convoque el torneo, daría como ganador al campeón absoluto de España.
No perdamos de vista el principal motivo de esta revisión:
“La FIFA ha solicitado de la IFFHS que establezca un baremo para jerarquizar la importancia de cada campeonato dentro del contexto nacional que sea homologable en el plano internacional. En otras palabras: establecer una correspondencia de equivalencia entre los títulos de un país y de otro.” (J. del Olmo)
El “Torneo Nacional de Fútbol”, posteriormente denominado como la “Copa del Generalísimo” y “Campeonato de España”, fue considerado como tal, por la propia Federación, por la población, así cómo por los equipos participantes. También como campeones de Copa han sido siempre considerados los que obtuvieron el título entre 1910 y 1928.
Este “Torneo Nacional de Fútbol”, lo tenemos considerar buscando su equivalencia internacional, no podemos basarnos en su denominación original para no homologar este título.
La referencia para equipararlo con otros, debe tomarse utilizando como antecedentes los torneos celebrados en España.
En años anteriores se celebraron campeonatos en España y que no se jugaron bajo la denominación de “Campeonato de Liga”. Al considerar que fueron los únicos torneos oficiales que se jugaron cada año, independientemente de la denominación con la cual se iniciaron, se asume que a su campeón le corresponde la homologación como campeón absoluto, al cumplir la condición de ser el único torneo oficial organizado por la Federación.
Las mismas circunstancias concurren en el Torneo Nacional de Fútbol de 1939:
- No fue convocado como “Campeonato de Liga”, ni como “Campeonato Absoluto de España”.
- Fue el único campeonato que se jugó en España ese año.
- Fue proclamado un único campeón.
- Fue convocado por la Federación Española de Fútbol.
- Su carácter oficial es incuestionable.
- El sistema de competición empleado sirvió para señalar al campeón nacional absoluto en otras federaciones extranjeras.
“Lo que sucede es que entre 1910 y 1928 al no haber propiamente un campeonato de Liga, los campeones de Copa asumen el reconocimiento de campeones nacionales, equiparables a los campeones de cualquier otro país y, por lo tanto, son campeones absolutos.” (J. del Olmo)
Entendemos que se cumplen todos los condicionantes para que el campeón del “Torneo Nacional de Fútbol” de 1939 pueda ser homologable internacionalmente como “Campeón absoluto de España de 1939”.
Un aficionado sevillista, muy vinculado con los directivos del club, pero que no era tal, llamado Antonio González, tuvo la valentía que entonces había que tener para atravesar España e ir a por el jugador, arriesgándose a viajar en vano.
Pudo finalmente convencerle para venir a Sevilla, no sabemos con qué artes, aunque debieron mediar promesas de fama y fortuna, pese a que oficialmente aquéllos eran tiempos de puro amateurismo.
Con su llegada, el equipo sevillista, ya instalado en la cumbre futbolística andaluza, cerraba un once de ensueño que se preparaba para el asalto a la gloria del fútbol nacional: Avilés, Sedeño, Ismael, Herminio, Ocaña, Rey, Barragán, Gabriel, Escobar, Spencer, Kinké, León, Brand, etc.
Herminio era el cerrojo defensivo que nos faltaba para logar una eficacia que se nos resistía en el campo de los resultados allende Despeñaperros, y además, añadía desde la zaga esa vistosidad tan apreciada por el público del momento que era santo y seña del Sevilla de la línea del miedo.
Así describía Manolo Ocaña, el último superviviente de aquel glorioso equipo, las cualidades futbolísticas de Herminio:
Era un futbolista de los que no hay. Un verdadero fenómeno. Duro, sí, pero con gran clase y rapidísimo. Recuerdo que Ricardo Zamora sufría cuando Herminio figuraba en la selección española, pues era tal la seguridad de éste en la defensa que ponía nervioso hasta a aquel gran portero.
Efectivamente, “Cuqui” Herminio vistió la camiseta española en dos ocasiones, debutando en Sevilla, en el Reina Victoria, frente a Portugal, el 16 de diciembre de 1923, con victoria española por tres goles a cero, repitiendo entorchado el 17 de mayo de 1925, también frente a Portugal, con triunfo hispano por dos a cero.
Durante aquella época en que todos los compañeros de equipo eran grandes amigos, Herminio vivía en casa de Spencer. Uníale una gran amistad con el trianero, y también con el gigante mediocentro sevillista Ocaña, relación ésta que mantendría hasta su fallecimiento el 13 de julio de 1976, a los ochenta años de edad.
Su excepcional carrera de futbolista se vio truncada por una lesión de menisco entonces incurable, sufrida en Madrid, que lo dejó inutilizado. Este tipo de lesiones, en lugar de una intervención quirúrgica, se trataban como en veterinaria, con “botones de fuego”, lo que venía a ser una auténtica cura de caballo.
Aquella lesión sería el inicio de una espiral de calamidades y desgracias que acompañarían a nuestro hombre de goma hasta el final de sus días.
Por mediación de Manolo Ocaña, que tenía amistad con Benito Arana, Director de la Electromecánica de Córdoba, Herminio se convirtió en entrenador de este equipo y, al mismo tiempo, empleado de aquella firma.
Durante la guerra civil, residiendo en Córdoba, Herminio fue víctima de un bombardeo. A consecuencia de las heridas recibidas, hubo de ser sometido a la trepanación y, entonces, viudo ya, fue recogido por un buen amigo que lo tuvo con él durante un año y medio, no recibiendo la menor ayuda de nadie, ni siquiera de la Electromecánica.
Al tener noticia de que la persona que lo tenía recogido no podía ocuparse de él por más tiempo, dadas las dificultades de la época, Manolo Ocaña fue a Córdoba para traerlo a Sevilla, a vivir en casa de su madre durante dos años y medio, donde fue acogido como si de un hijo más se tratase.
Al cabo de ese tiempo, Sancho Dávila (quien fuera número 1 de Falange en Sevilla y posteriormente Presidente de la Federación Española de Fútbol) y Joaquín Miranda, enterados de que la Electromecánica no había socorrido a Herminio, se pusieron en contacto con el Gobernador Civil de Córdoba, Sr. Valera Valverde, quien intermedió ante la empresa cordobesa, logrando que readmitieran a Herminio como encargado del almacén de herramientas. Nuevamente su amigo Manolo Ocaña se ocupó de llevarlo a Córdoba, dado que el exfutbolista no podía valerse por sí mismo.
Poco a poco fue Herminio recuperándose e incluso aparecía por Sevilla de vez en cuando para ver jugar a los nervionenses. Sin embargo, en 1975, sufrió una trombosis de la que no se recuperaría. La junta directiva sevillista, presidida por Eugenio Montes Cabeza, acordó prestar ayuda al jugador. Así lo decidieron también la Federación Andaluza y la Federación Española, gracias a la intervención de quien fuera directivo sevillista Antonio Calderón, entonces gerente del Real Madrid.
El órgano de gobierno del club sevillista comisionó al Tesorero, Enrique Rosendo, para entregar a Herminio una silla de ruedas y dinero en efectivo, así como un recuerdo del club, en agradecimiento a los servicios prestados. Este sería el último capítulo de su vida, pues su deterioro físico desembocó en fatal desenlace apenas un año después.
Afortunadamente, la grandeza futbolística de Herminio le ha hecho inmortal, y prueba de ello es que hoy, aquí, estamos aún acordándonos de él.
Su final fue triste, como el de otros compañeros de su tiempo, Kinké, Spencer, etc.
Pero al igual que sucede con ellos, su leyenda sigue viva.
Por los siglos de los siglos.
La cita tuvo lugar el 18 de febrero de 1934, en el estadio madrileño de Vallecas, desplazándose para la ocasión un buen número de aficionados que querían acompañar al equipo en tan singulares circunstancias.
Se trataba del primer desplazamiento masivo de seguidores del club decano, razón por la cual se fletaría un tren especial a la capital de España, pensando en dar servicio a las numerosas peticiones que había para viajar.
El partido concluyó con victoria blanca por dos tantos a uno, haciendo Campanal el gol del triunfo. La alineación sevillista estuvo integrada por Eizaguirre; Euskalduna y Deva, Alcázar, Segura y Fede; Tejada, Torróntegui, Campanal, Tache y Caro.
El entusiasmo entre los expedicionarios y la afición era enorme, por fin se alcanzaba la división de honor y podía pensarse en remontar el vuelo.
Sin embargo, el drama estaba a la vuelta de la esquina.
El tren especial con los seguidores blancos que viajaba de vuelta a Sevilla chocaría brutalmente con el expreso de Andalucía que se dirigía a Madrid entre las estaciones de Andújar y Villanueva de la Reina, con un fatídico desenlace de diez muertos y más de cuarenta heridos.
Las imágenes del accidente, según se aprecia en este fantástico reportaje de Crónica, son aún hoy estremecedoras.