Aprovechando tu comentario, que aprecio y valoro enormemente, te replico, en cordial dialéctica, por supuesto, ¿si damos a los niños todos sus caprichos, los criamos o los malcriamos?. ¿Somos buenos padres dando siempre sin reservas, dejándonos hacer, o poniendo límites para que maduren? Nosotros salimos malparados en toda nuestra historia desde siempre por lo que nos ha constado institucional y deportivamente superar los envites que nos ha marcado el destino, sin ayuda apreciable, con un tremendo coste. Otros, cada vez que hay problemas, llaman a la puerta de al lado vestidos con la piel de cordero. Quizá no es muy cristiano, pero sí muy real. La solidaridad vale cuando quien la recibe sabe apreciarla y te respeta. Cuando quien te la pide luego te escupe a la cara, para mí, no se la ha ganado. Ciertamente habrá muchas criaturas de bien que no encajan dentro de todo este análisis, pero como mucho alcanzan a ser una inmensa minoría.
Me encanta dialogar con personas razonables, cultas e inteligentes.
Sin embargo, analiza bien lo que dices en tu respuesta:
-"Si damos a los niños...". ¿Niños? ¿No serán nuestros "hijos"? Yo no pierdo la esperanza de que vuelvan a casa algún día, cuando maduren.
-"Salimos malparados...". Eso nos hizo fuertes, independientes, autosuficientes y autónomos y ahí están los resultados: Somos LOS MAS GRANDES. Sin ayudas.
-Yo no soy cristiano y por lo tanto no entiendo de eso. Pero sí creo en las personas y en su capacidad de mejorar, de reflexionar y se superarse.
-Y practico la solidaridad sin esperar nada a cambio. Ni siquiera un "gracias". Yo hago lo que pienso que debo hacer.
En todo caso, el problema lo tienen ellos y nosotros, los sevillistas, somos tan grandes que soportamos hasta un siglo de mentiras y seguimos creciendo.
Nosotros tenemos la razón. Nosotros lo hacemos bien.
La solidaridad sin esperar contraprestación, ni siquiera en forma de respeto, sólo respeto, es admirable, reconozco que aún no he encontrado esa paz interior necesaria para pensar igual. No quiero parecer rencoroso, sino justo. La justicia, quizá por causas profesionales, es un bien al que aspiro, en todos los órdenes. No olvidemos que es un concepto presente en todas las culturas que permanece inalterable en su esencia por los siglos de los siglos. Desear justicia puede implicar que surjan perjudicados, pero en el fondo, su "mal", "pena" o "sanción" les corresponde por propia iniciativa, por su actuar, y eso es lo natural. Lo antinatural sería mantener el artificio perennemente. Gracias por tus comentarios, amigo, sabes bien que te admiro, y elevan el listón del post muy por encima de lo que se merece su texto.
http://www.marcosabino.com/pratodia/22-11-07/aplausos.gif
ResponderEliminarSaludos.
ResponderEliminarEs lo que pide el cuerpo porque la memoria, la maldita memoria, funciona.
Estando de acuerdo en la rabia contenida que desprende tu comentario, se me ocurre considerar lo siguiente:
-Sinn Féin, Sevilla FC.
-Porque ocurrirá lo que predices, tendremos la memoria suficiente para redordarlo y para recordárselo.
-Porque si pagamos todos, también seremos dueños nosotros. Aunque pretendan negarlo.
-Porque si los ladrones tuviesen vergüenza, rechazarían nuestros dineros.
-Porque "You’ll Never Walk Alone" y siempre necesitarán muletas.
-Porque siempre serán menores de edad y siempre necesitarán el amparo de los adultos.
-Porque siempre se privatizan las ganancias y se socilializan las pérdidas.
-Porque tendrán tantos dueños como sevillanos.
Y por algunas cosas más, no me importa que nos pidan ayuda y no me importa dársela.
Seamos generosos y ayudemos a los necesitados.
Un poquito de caridad cristiana.
¿O es solidaridad?
Cuídate.
Aprovechando tu comentario, que aprecio y valoro enormemente, te replico, en cordial dialéctica, por supuesto, ¿si damos a los niños todos sus caprichos, los criamos o los malcriamos?. ¿Somos buenos padres dando siempre sin reservas, dejándonos hacer, o poniendo límites para que maduren? Nosotros salimos malparados en toda nuestra historia desde siempre por lo que nos ha constado institucional y deportivamente superar los envites que nos ha marcado el destino, sin ayuda apreciable, con un tremendo coste. Otros, cada vez que hay problemas, llaman a la puerta de al lado vestidos con la piel de cordero. Quizá no es muy cristiano, pero sí muy real. La solidaridad vale cuando quien la recibe sabe apreciarla y te respeta. Cuando quien te la pide luego te escupe a la cara, para mí, no se la ha ganado. Ciertamente habrá muchas criaturas de bien que no encajan dentro de todo este análisis, pero como mucho alcanzan a ser una inmensa minoría.
ResponderEliminarSaludos.
ResponderEliminarMe encanta dialogar con personas razonables, cultas e inteligentes.
Sin embargo, analiza bien lo que dices en tu respuesta:
-"Si damos a los niños...". ¿Niños? ¿No serán nuestros "hijos"? Yo no pierdo la esperanza de que vuelvan a casa algún día, cuando maduren.
-"Salimos malparados...". Eso nos hizo fuertes, independientes, autosuficientes y autónomos y ahí están los resultados: Somos LOS MAS GRANDES. Sin ayudas.
-Yo no soy cristiano y por lo tanto no entiendo de eso. Pero sí creo en las personas y en su capacidad de mejorar, de reflexionar y se superarse.
-Y practico la solidaridad sin esperar nada a cambio. Ni siquiera un "gracias". Yo hago lo que pienso que debo hacer.
En todo caso, el problema lo tienen ellos y nosotros, los sevillistas, somos tan grandes que soportamos hasta un siglo de mentiras y seguimos creciendo.
Nosotros tenemos la razón. Nosotros lo hacemos bien.
Cuídate.
La solidaridad sin esperar contraprestación, ni siquiera en forma de respeto, sólo respeto, es admirable, reconozco que aún no he encontrado esa paz interior necesaria para pensar igual. No quiero parecer rencoroso, sino justo. La justicia, quizá por causas profesionales, es un bien al que aspiro, en todos los órdenes. No olvidemos que es un concepto presente en todas las culturas que permanece inalterable en su esencia por los siglos de los siglos. Desear justicia puede implicar que surjan perjudicados, pero en el fondo, su "mal", "pena" o "sanción" les corresponde por propia iniciativa, por su actuar, y eso es lo natural. Lo antinatural sería mantener el artificio perennemente.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, amigo, sabes bien que te admiro, y elevan el listón del post muy por encima de lo que se merece su texto.
Columnna blanca salomónica.
ResponderEliminarArte retorcido, subiendo al cielo y volviendo a bajar a la tierra.
Sabiduría y arte barroco, Sevilla pura.
Gracias amigo Cornelio. Es un honor viniendo de Vd.
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